En ese contexto, y ante una Sala Mayor del Centro Municipal de Cultura colmado de gente, la influyente pensadora feminista y antropóloga brindó una clase magistral en la UNRN, denominada “El arte de nombrar construye la historia” que giró en torno a los ejes centrales de su pensamiento: el mandato de masculinidad, la pedagogía de la crueldad y la politicidad feminista, en un contexto que describió como “brumoso”.
Al iniciar la ceremonia, presidida por el rector de la UNRN, Mg. Anselmo Torres –quien estuvo acompañado por la vicerrectora de Sede Alto Valle-Valle Medio, Dra. María Andrea Tapia; el vicerrector de Sede Andina, Dr. Diego Aguiar, por el vicerrector de la Sede Atlántica, Dr. Daniel Barrio, secretarias/os, funcionarios de la comunidad universitaria y con la asistencia del vicegobernador de la provincia de Río Negro, Pedro Pesatti- , la Dra. Jimena Pesquero Bordón leyó la laudatio-colaborativa, señalando que: “El pensamiento de Rita Segato nos interpela como comunidad y nos recuerda que la academia no es quietud ni solemnidad sino un territorio dinámico en constante producción y disputa, que quienes lo habitamos estamos compelidas y compelidos a que nuevas cartografías de los saberes se vuelvan exigencia de emancipación a partir de la potencia de construir conocimiento e inteligencia colectiva. Y que ese pensamiento modele nuestra acción política, por ejemplo, plantándonos frente a un gobierno que enarbola una politicidad que se construye en torno a la figura del enemigo, a la idea de que todo se resuelve con el castigo estatal, que vehiculiza y exacerba una retórica de guerra contra las ciencias en general, y las sociales y humanidades en particular, y que abiertamente considera que las personas somos mercancías sin capacidad ni derecho al disenso y la organización”.
El rector de la UNRN entregó el título Doctorado Honoris Causa a la Dra. Segato, mencionando que: “En 2023, cuando se cumplían 40 años de la democracia y todas las universidades empezamos a debatir acerca de lo que significaba para nuestro país, reflexionando sobre todos los logros que se habían alcanzado y al mismo tiempo también reflexionando sobre los déficits que han tenido en estos 40 años, una de las cuestiones que nos planteamos en el Consejo Superior fue corregir desigualdades. Una de ellas tenía que ver con la cuestión de género. Por eso convenimos en reconocer a mujeres distinguidas, tanto por su trayectoria académica como por su aporte militante y por su capacidad de trabajo. Decidimos presentar tres Doctorados Honoris Causa, que representan la pluralidad de pensamiento. En ese momento, Rita no pudo venir. Finalmente hoy estamos entregando ese reconocimiento. Para nosotros es muy importante tener a Rita hoy, presente aquí, y tenerla como una referente de construcción de comunidad”.
La necesidad de “desnombrar”
Al iniciar su disertación, Segato se colocó un pañuelo en apoyo a Palestina y se definió ante el público como “politeísta, creyente y respetuosa de todas las religiones”.
Segato destacó la relevancia de las ciencias sociales, señalando que estas no son ciencias menores y son atacadas precisamente por poseer el poder de “nombrar y desnombrar”. En este sentido, propuso revisar las categorías con las que se entiende el mundo y cuestionar las certezas que sostienen las ficciones del presente.
La pensadora convocó a la audiencia a pensar el presente como un tránsito e invitó a “soltar los grandes nombres” de la historia que proporcionan seguridad. “La vida y la historia son tránsito. No se vuelve al pasado. Hoy debemos animarnos a soltar los grandes nombres que nos dan seguridad”, expresó.
El acto de "desnombrar" fue presentado como esencial para la supervivencia histórica: "Solo desnombrando habrá futuro, que los nombres se desplomen. El futuro entero depende de esta avalancha de desnombramiento". Esto es crucial "Porque solo así el tiempo se fugará del tiempo y el sujeto se quedará sin tiempo".
Masculinidad y crueldad
Durante su clase magistral, Segato abordó el mandato de masculinidad en el sistema de dominación patriarcal, que exige a los hombres demostrar su virilidad a través de siete "potencias", la física, la sexual, la bélica, la económica, la política, la intelectual y la moral. Señaló que la masculinidad es un acto performativo: “La masculinidad es un espectáculo porque si no se exhibe, no existe”. Explicó que la violación se entiende como un acto de poder, no como una pulsión sexual, declarando categóricamente: “El hombre viola para demostrar su masculinidad, no por deseo. Viola para castigar a la mujer”. Añadió que “El sufrimiento masculino está en ese mandato. Los hombres deben rendir, no pueden flaquear”.
En ese contexto, alertó sobre la naturalización progresiva de la violencia: “Estamos expuestos a una modificación de nuestro umbral de tolerancia a lo cruel”. Para ilustrar este cambio, manifestó: “Películas como La naranja mecánica que antes eran insoportables hoy parecen comedias. Es un peligro extraordinario del cual quizás no podamos protegernos”.
El final del sagrado del Derecho
Segato cuestionó las certezas actuales, afirmando que el derecho como creencia ha perdido vigencia.
“El mundo ya no es previsible. Hoy la ley es el poder de muerte, quien tiene el control de las armas y de la inteligencia bélica. Ya no hay sagrado democrático ni sagrado de derecho”, aseveró. Lamentó un retroceso histórico: “Hemos resucitado al macho alfa como icono de la ley. Estamos desandando la historia de la humanidad”.
La pensadora cerró su exposición declarando que. “Ya no hay gramática y por eso el grito es inaudible. No lo oíamos y ahora lo vemos”. Reiteró que la percepción de “la bruma y el silencio del presente” es la condición necesaria para desnombrar y “deshacer las creencias que ya no nos sostienen”.
“Se ha terminado la ficción del sagrado de los nombres. Solo desnombrando habrá futuro. Que los nombres se desplomen: el futuro entero depende de esa avalancha de desnombramiento”, concluyó.
Temas. Doctorado Honoris Causa