Paula Tabachnik, docente e investigadora de la UNRN Sede Andina, dicta clases de Dirección, Puesta en Escena y Actuación en la Licenciatura en Arte Dramático. Su especialidad es el Método Actoral Suzuki, aprendido en Japón, que esta vez la llevó a Kisii, un pequeño poblado de Kenia.
A principios de agosto participó del Primer Festival Internacional de Teatro en Kisii, organizado por Caleb Isichii y Julian Mabwa, director y productora de la compañía New Star Drama Group. Esta agrupación, integrada por jóvenes artistas que recorren escuelas con obras de fuerte compromiso social, busca defender los derechos humanos, en especial de mujeres e infancias.
El festival reunió conversatorios sobre teatro, un taller de entrenamiento actoral y diversas presentaciones escénicas, con la participación de la compañía ugandesa Locus Events.
Durante tres jornadas, Tabachnik dictó un taller basado en el Método Suzuki. La experiencia, señaló, fue profundamente enriquecedora: “La cultura y el contexto de sus artistas locales, junto al grupo ugandés, me invitaron a replantear la forma de trabajar los ejercicios y a explorar otra relación con el tiempo, el espacio y las necesidades de cada intérprete. Descubrí que, más allá de las diferencias culturales, compartimos los mismos desafíos: foco, atención, respiración, vínculo con la energía escénica y con el texto, y la construcción de la presencia en escena”.
Uno de los principales desafíos fue la comunicación. Aunque el inglés y el suajili son lenguas oficiales en Kenia, cada comunidad conserva sus dialectos propios. “Durante el encuentro nos comunicamos en inglés. Incluso en la música es común encontrar canciones que mezclan ambos idiomas”, explicó Tabachnik.
El trabajo de New Star Drama Group es pionero en Kisii: sus obras abordan conflictos familiares, comunitarios y políticos, incluyendo la corrupción y la opresión hacia las mujeres. Tras cada función, al estilo del teatro foro, se abre un espacio de diálogo con el público para compartir experiencias vinculadas a los temas representados.
El último día, el festival llegó a la comunidad Kuria. Allí, en un pequeño recinto comunitario colmado de mujeres, niños y niñas, se presentó una obra sobre violencia de género. El conversatorio posterior expuso realidades desgarradoras como la explotación minera infantil y la práctica de la circuncisión femenina.
Tabachnik destacó que el gobierno de Kenia impulsa actualmente campañas de educación y concientización en derechos humanos. En comunidades cerradas como la Kuria se diseñan estrategias específicas para llegar a las infancias y ofrecer alternativas que permitan escapar de estas prácticas.
“En definitiva –afirmó Paula–, el festival se consolidó como un encuentro profundamente transformador, no solo por el intercambio artístico, sino también por la reflexión que abrió acerca del poder del teatro como herramienta de diálogo y cambio social”.
Esta experiencia marca, además, el inicio de un puente de colaboración e intercambio entre Argentina, Kenia y Uganda. Los grupos africanos manifestaron un gran interés en dialogar con la comunidad de estudiantes de la UNRN.
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