Los exámenes finales representan un momento clave dentro del recorrido académico, por lo que resulta fundamental prepararse considerando distintos aspectos psicológicos, académicos y contextuales.
El equipo de Asistencia Pedagógica de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) comparte una serie de orientaciones para que las y los estudiantes puedan afrontar los exámenes finales reconociendo sus fortalezas y generando hábitos de estudio saludables.
Los exámenes finales representan un momento clave dentro del recorrido académico, por lo que resulta fundamental prepararse considerando distintos aspectos psicológicos, académicos y contextuales.
Aspectos psicológicos
Uno de los puntos centrales es reflexionar sobre cómo cada estudiante se posiciona frente a un examen. El autoconocimiento es esencial para identificar las estrategias que resultan más efectivas:
-¿Cuánto tiempo puedo mantener la atención?
-¿Comprendo mejor la información leyéndola o escuchándola?
-¿Me sirven las redes conceptuales, cuadros comparativos o resúmenes escritos?
-¿Prefiero estudiar en soledad o acompañado/a?
La ansiedad también juega un rol importante. La recomendación es encauzarla como motor positivo, reconociendo los momentos en los que esa energía favorece el estudio. Asimismo, se sugiere
transformar pensamientos negativos (“me va a ir mal”, “voy a fracasar”) en afirmaciones que refuercen la confianza y el propio proceso (“puedo hacerlo”, “me estoy preparando para esto”, “confío en mí”).
Aspectos académicos
La organización previa es clave. Se recomienda estudiar con anticipación, planificar el tiempo disponible y organizar las tareas.
Algunas técnicas útiles para fijar contenidos son:
-estudiar en grupo o intercambiar ideas con compañeros y compañeras,
-grabar explicaciones propias y escucharlas luego,
-asistir a los espacios de consulta y registrar los puntos más relevantes que señalan las y los docentes.
Además, es importante regular los tiempos de estudio, identificando qué momentos del día son más favorables, cuál es el ambiente adecuado y qué metodología resulta más accesible. La Coordinación remarca la importancia de elaborar un plan realista: preguntarse si realmente es posible preparar un final en un fin de semana ayuda a evitar frustraciones.
Aspectos contextuales
El entorno también influye en el rendimiento. Observar el espacio en el que se estudia —si es luminoso, silencioso, si hay música, si hay interrupciones— permite ajustar las condiciones para mejorar la concentración.
Asimismo, se destaca la necesidad de equilibrar el estudio con otras actividades diarias: una buena alimentación, descanso adecuado, momentos de relajación y actividad física contribuyen a sostener la energía y la claridad mental.
“La búsqueda de equilibrio es fundamental cada vez que nos proponemos rendir un final”, señalan desde la Coordinación.
Un final no define el recorrido
Rendir un examen final es una instancia para demostrar el proceso realizado en cada materia, pero
no define el valor ni la identidad como estudiante. Siempre existen nuevas oportunidades y caminos para continuar aprendiendo.
Quienes necesiten conversar sobre estos temas o solicitar acompañamiento pueden comunicarse con el equipo de Asistencia Pedagógica al correo: coordinap.avvm@unrn.edu.ar.
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