Un reciente estudio, realizado por investigadores y becarios de la UNRN, la UNC y el CONICET, publicado en la Revista de la Asociación Geológica Argentina, dataron eventos geológicos antiguos entre aproximadamente 354 y 300 millones de años a partir de un pequeño mineral llamado monacita, presente en las rocas metamórficas de la provincia de Chubut.
La investigación se centró en el estudio de un tipo de mineral presente en los esquistos, que se encuentran en el Complejo Cushamen, cerca de la localidad de Cushamen en la provincia de Chubut.
Los esquistos son un tipo de roca metamórfica que se forma cuando una roca preexistente experimenta condiciones anómalas de presión y temperatura, resultando en su transformación en una nueva estructura y composición.
Cuando los minerales no se sienten cómodos por estas condiciones, buscan cambiar o transformarse en otros minerales que soporten mejor el nuevo entorno. Por este motivo, cuando se realiza el análisis de los minerales que presentan este tipo de rocas, se pueden encontrar algunas “pistas” sobre la evolución desde su formación.
"Dentro de los esquistos se buscaron cristales de monacita, debido a que este mineral, además de ser resistente, va acumulando elementos radiactivos como el torio (Th), uranio (U) y plomo (Pb) a lo largo del tiempo. Medir esas concentraciones permite estimar su edad, como si se tratara de un reloj geológico", explica Samanta Serra Varela, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG, CONICET-UNRN).
El estudio de este esquisto aporta al entendimiento de procesos formadores de montañas, conocido como orogénesis, que ocurrieron en el pasado.
Es importante destacar que las rocas metamórficas permiten conocer más sobre el interior de las cadenas montañosas, y en consecuencia conocer cómo se forman y evolucionan. Si bien actualmente no existe una cadena montañosa en el medio de la meseta patagónica, esta roca nos cuenta una parte de la historia evolutiva de una zona montañosa que existió durante el Paleozoico. Por lo tanto, gracias al análisis de los minerales hallados en este tipo de roca, se identificaron tres edades principales: aproximadamente 354, 333 y 300 millones de años. Estas edades corresponden a distintos episodios de calentamiento y deformación que afectaron a la región durante el Paleozoico.
Esto significa que no hubo un solo evento en el proceso de transformación de las rocas, lo que denota una historia geológica compleja. Además, los resultados coinciden con otros hallazgos en la Patagonia Norte, lo que refuerza la idea de que estas zonas compartieron procesos similares.
Este trabajo marca la primera vez que, en el país, se aplica la técnica de datación química conocida como CHIME utilizando equipamiento nacional en el Laboratorio de Análisis de Materiales por Espectrometría de Rayos X (LAMARX), ubicado en la provincia de Córdoba. "Además, más allá de las fechas concretas, este estudio demuestra que Argentina ya cuenta con la capacidad técnica y científica para realizar dataciones químicas in situ en monacitas, algo que hasta ahora solo se hacía en laboratorios del exterior. Esto abre la puerta a nuevos estudios sobre la historia del territorio nacional, con el objetivo de comprender los procesos geológicos con más detalle", finaliza Serra Varela.