El 22 de noviembre se cumplen 70 años de la sanción del decreto N° 29.337de gratuidad universitaria impulsado por Juan Domingo Perón en 1949, en el marco la primera experiencia argentina de planificación integral de políticas públicas como resultó ser el “estado peronista”.
Con la simple expresión “Suspéndase con anterioridad al 20 de junio de 1949 el cobro de los aranceles universitarios actualmente en vigor” el decreto estableció un marco de sentido para el resguardo del bienestar de la nación y los derechos de todos los jóvenes capaces y meritorios a cuyos efectos se debían “suprimir los obstáculos para que se instruyan por el bien del país”.
No fue una medida aislada. Durante los dos primeros gobiernos peronistas se creó la Universidad Obrera Nacional, se expandieron las escuelas técnicas, se reemplazó el viejo Ministerio de Justicia e Instrucción Pública por el de Educación, otorgándole a esta cartera la debida jerarquía dentro del Estado, y se normalizó la carrera docente a través de la formulación de un estatuto en el año 1954. Fue una norma en contexto histórico: se sancionó solo unos meses antes de la profunda reforma de la Constitución Nacional que, entre otras cosas, además de reconocer la igualdad jurídica entre el hombre y la mujer, sumaba derechos laborales fundamentales para la clase obrera argentina. Se enmarcaba además en los planes quinquenales, sobre todo en segundo, lanzado en diciembre de 1952, que daba un lugar central a la formación y capacitación científica.
El efecto de todas estas medidas impulsó un fenomenal aumento de la matrícula universitaria, que pasó de 40.284 alumnos en 1945 a 138.871 en 1955.
Siete décadas después de ese decreto, en un contexto nacional que muestra que el 71% de los egresados universitarios pertenecen a hogares de ingresos medio-alto y alto y sólo egresa el 6% de los estudiantes universitarios del I Quintil y el 7% del II Quintil; pensar que la gratuidad de por sí, asegura la equidad y reduce las desigualdades sociales es un simplismo. El ciclo virtuoso de la gratuidad universitaria se alcanza en sistemas que planifican su expansión, controlan la calidad de las instituciones e implementan herramientas para promover el ingreso y permanencia de los estudiantes, generando sistemas de becas que garanticen la inclusión de los que pertenecen a los hogares más desprotegidos y que aseguren no solo el sobrevivir en los distintos puntos del país, sino que sean tan dignas como el salario de un primer empleo. Hoy que se declara la emergencia alimentaria, no pensar que a nuestros estudiantes esta realidad no los toca, es una ilusión. Este es el desafío que tenemos por delante, no solo como Universidad, sino como Nación.
Rector Juan Carlos Del Bello
Vicerrectora Andrea Tapia
Vicerrector Diego Aguiar
Vicerrector Anselmo Torres