07 de Nov
De 16 a 18.30 h
vidaestudiantil.avyvm@unrn.edu.ar
El viernes 7 de noviembre, de 16 a 18.30, se llevará adelante el taller Cuerpo, mente y alimentación: el equilibrio invisible del estudiante universitario en el edificio académico de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), ubicado en Estados Unidos 750 de General Roca.
La propuesta abordará la relación entre los hábitos alimentarios, el bienestar físico y la salud emocional durante la vida universitaria, desde un enfoque integrador que combina nutrición, osteopatía y manejo del estrés.
El espacio estará a cargo de profesionales de la Fundación GEN, la Lic. Cecilia Casanova, la Lic. Mariana Piergentili y el Lic. CO. Nicolás Núñez, quienes compartirán herramientas prácticas para mejorar el equilibrio corporal y emocional. Asimismo, explicarán cómo la calidad de los alimentos y los hábitos cotidianos influyen en la concentración, la energía, la postura y el descanso. Desde la osteopatía, se entiende que el cuerpo funciona como una unidad: lo que se come y se siente afecta la movilidad de los tejidos, la digestión, la respiración y la estabilidad emocional.
Está destinado no sólo a estudiantes de la UNRN, si no también a docentes y Nodocentes de la Sede Alto Valle - Valle Medio.
El encuentro busca generar conciencia sobre la importancia de una alimentación equilibrada en el rendimiento académico y en la prevención de dolencias frecuentes entre estudiantes, como la fatiga, el dolor cervical o lumbar y el estrés sostenido.
La actividad es organizada por el Departamento de Vida Estudiantil, dependiente de la Secretaría de Docencia y Vida Estudiantil de la UNRN Sede Alto Valle - Valle Medio.
Temas a tratar
-Alimentación y rendimiento: más allá de las calorías
Una buena alimentación es mucho más que “comer sano”. Es un proceso biológico, químico y emocional que determina cómo se regula el cuerpo ante el estrés, cómo funciona el sistema inmune y cómo se distribuye la energía diaria.
-Beneficios de una nutrición equilibrada
•Favorece la concentración y el rendimiento académico, al mantener estable la glucemia y mejorar el flujo sanguíneo cerebral.
•Aumenta la energía vital, evitando los picos y caídas bruscas de azúcar que generan fatiga o irritabilidad.
•Regula el estado de ánimo, gracias a la síntesis equilibrada de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, dependientes de nutrientes como triptófano, magnesio y vitaminas del grupo B.
•Fortalece el sistema inmunológico, protegiendo de infecciones y reduciendo la inflamación crónica de bajo grado.
•Optimiza el descanso, ya que una buena digestión mejora el sueño profundo y la recuperación tisular.
-Hábitos que deterioran la salud nutricional universitaria
•Saltarse comidas, especialmente el desayuno, provoca baja glucemia, disminución del rendimiento mental y tensión muscular.
•Exceso de café, energizantes o bebidas azucaradas, que aumentan la ansiedad, la deshidratación y la sobreexcitación del sistema nervioso.
•Alimentación rica en ultraprocesados, harinas y grasas saturadas, que genera inflamación visceral y altera la microbiota intestinal.
•Comer bajo estrés o frente a pantallas, lo que reduce la digestión y puede derivar en dispepsia, acidez o distensión abdominal.
•Falta de planificación alimentaria, lo que lleva a dietas pobres en nutrientes esenciales y exceso de sodio o azúcares ocultos.
-Alimentación, microbiota y emociones
El intestino contiene millones de neuronas que forman el llamado “segundo cerebro”, conectado directamente con el sistema nervioso central a través del nervio vago. Una microbiota intestinal equilibrada favorece la estabilidad emocional, la regulación del apetito y la concentración. Por el contrario, una microbiota alterada (por mala alimentación o estrés) puede producir irritabilidad, falta de energía y alteraciones posturales reflejas por tensión visceral.
-Perspectiva osteopática: cuando la alimentación afecta al cuerpo
Desde la osteopatía, una mala alimentación no solo se traduce en desequilibrio químico o metabólico, sino también en alteraciones estructurales y posturales. Cada órgano digestivo tiene una movilidad propia; cuando ésta se ve restringida —por inflamación, gases, acidez o estreñimiento— se generan tensiones viscerales que repercuten en la postura, la respiración y la coordinación muscular.
-Disfunción visceral y postura
•El estómago inflamado o distendido puede generar una postura encorvada, tensión diafragmática y dolor dorsal.
•Un hígado sobrecargado puede reflejarse en rigidez torácica derecha o molestias cervicales.
•La retención intestinal o el colon irritable se relacionan con tensiones lumbares o pélvicas.
•La mala digestión y el estrés crónico afectan el diafragma, limitando la respiración y aumentando la rigidez en cuello y hombros.
-Consecuencias estructurales frecuentes en estudiantes
•Dolor cervical por posturas prolongadas y falta de movilidad respiratoria.
•Dolor lumbar o pélvico por disfunción intestinal o sedentarismo.
•Sensación de rigidez general por inflamación sistémica y deshidratación facial.
•Fatiga muscular y mental por déficit nutricional o mala oxigenación.
-Enfoque osteopático integrador
El trabajo osteopático busca restaurar la movilidad y el equilibrio de los sistemas corporales:
•Visceral: liberando restricciones en estómago, hígado e intestinos para mejorar digestión y circulación.
•Músculo-esquelético: corrigiendo compensaciones posturales causadas por la tensión interna.
•Craneal: equilibrando la relación entre sistema nervioso y vísceras, mejorando el control del estrés.